martes, 16 de noviembre de 2021

Equipos electrónicos descartables

Desde que la mayor parte de la electrónica del mundo se produce en China, con unos costos  extremadamente bajos, se ha generalizado lo que ya era una costumbre en ciertas sociedades consumistas, descartar aparatos a la menor falla.
Los usuarios reciben equipos electrónicos a un costo bajo, aunque no tan bajo como podría ser ya que desde origen hasta el usuario final algunos pasan por varias manos, cada una de las cuales les cargan su ganancia.
En el caso de equipos complejos, como un clásico: inversor para energías renovables con regulador de paneles y cargador desde red, el bajo costo al que se lo comercializa (comparado con equipos de producción local, si los hubiera) se justifica elegirlo en lugar de los locales, pero supone un cierto riesgo:
La gran mayoría de estos equipos están construídos en una sola placa de circuito impreso, por otra parte, los servicios técnicos de quienes los comercializan, en muchos casos no están capacitados para services complejos, en otros, si la falla afectó algún microcontrolador, no cuentan con repuestos (el µP debe tener grabado su correspondiente programa de fábrica), o no cuentan con herramientas para reemplazar componentes de montaje superficial.
La opción, entonces es reemplazar TODA LA PLACA por una nueva.
Es decir, por una falla incluso menor, se reemplaza toda la electrónica del equipo, esto supone un gasto importante en comparación con el precio total del aparato, y además, genera grandes cantidades de basura de componentes electrónicos.
Aún con el equipo dentro del período de garantía, por ejemplo una falla por descarga atmosférica no es cubierta por la misma.
¿Se pueden reparar estos equipos por servicios independientes?
He revisado muchos de ellos, la falla mas común en equipos conectados a paneles o a aerogeneradores (con cables de conexión exteriores en algunos casos muy largos), son las producidas por descargas atmosféricas (rayos).
En algunos solo se queman transistores de potencia, y a veces los drivers asociados. En esos casos la reparación es posible (los transistores no suelen ser SMD, por razones de disipación) y los drivers aún siendo SMD, es posible que sean de cápsulas que admiten cambiarlos aún sin herramientas especiales (como ser un SOIC de 8 pines (8-Lead SOIC)).
Igual el reparador corre cierto riesgo, para que el equipo arranque, (y se pueda chequear por ejemplo las señales que llegan a los drivers) es necesario remover todos los componentes quemados, que suelen estar en cortocircuito, si posteriormente el diagnóstico indica microcontrolador/res fallados, todo el trabajo se pierde, no es posible (obviamente) cobrarlo.

En pequeños equipos, como las muy generalizadas fuentes de tensión de red a alguna tensión de CC, por ejemplo para alimentar lámparas LED o diversos dispositivos electrónicos (como algunas impresoras 3D), la causa de descarte es su muy bajo precio.
Por ejemplo, una fuente 110..240Vca a 12Vcc 5A cuesta, en nuestro mercado de Argentina, aprox. U$S10,5. (El dólar oficial a la fecha de esta publicación era de $105/U$S).
Una hora de service es mas cara que esa cifra, y entonces la opción lógica es tirar la fuente y comprar una nueva, si no tenemos en cuenta al medio ambiente.
Una opción sería centralizar la recuperación de este tipo de equipos, y repararlos en escuelas técnicas como parte de la práctica. Como no utilizan microcontroladores, son reparables en casi todos los casos.

Información adicional, esta normativa, si se aplicara en nuestro país (y en varios otros) dejaría afuera del mercado un elevado número de productos:

Derecho a reparar 


Reparacion de fuente

Solución problema cálculo de potencia de la fuente

 


viernes, 3 de septiembre de 2021

Regulador SEPIC

 Una introducción a un tipo de regulador poco conocido.

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miércoles, 24 de febrero de 2021

Llave Electrónica

 Circuito y aplicaciones de una llave electrónica de CC para ensayo de reguladores de fuente.

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miércoles, 10 de febrero de 2021

Baterías en sistemas fuera de red

 En el diseño de sistemas de energía fuera de la red, se suele sobredimensionar las baterías.

El concepto suele ser poner baterías de la máxima capacidad que se pueda comprar con los fondos disponibles, con el objeto de tener la máxima autonomía.

Pero se debe poner atención a la capacidad del generador, sea solar o eólico.

Las baterías de plomo-ácido que se utilizan normalmente, tienen un ciclo de carga como el que se muestra en la figura, el generador suministra una corriente constante (relativamente en los casos de sistemas con paneles o aerogeneradores, si la energía disponible es suficiente, los reguladores entregan efectivamente corriente constante), la tensión va subiendo durante este parte del ciclo. Luego de alcanzarse la tensión de final de carga, se necesita completar el ciclo con una carga a tensión constante, durante el cual la corriente que la batería toma se va reduciendo.

Si no se completa este ciclo, las baterías pierden capacidad de carga , se "endurecen" por sulfatación.

Cuando la tensión alcanza el valor final, la batería está cargada en alrededor de un 70%, la carga final, cuyo tiempo lo determina la batería (el generador solo mantiene tensión constante) aporta el 30% restante.

Entonces, se necesita dimensionar el generador teniendo en cuenta que pueda completar el ciclo de carga. Si no se cuenta con suficiente potencia de generador, o con suficientes horas de carga, se obtendrían mejores resultados con un banco mas chico de baterías.

La solución actualmente es utilizar baterías de litio-ion, éstas, por el contrario, funcionan muy bien con cargas parciales, sin llegar nunca a plena carga.

Por supuesto que los sistemas de carga deben adecuarse, por ejemplo la tensión final debe ser muy precisa, mas que en los casos de baterías convencionales, es decir, no se puede en un sistema simplemente reemplazar un tipo de baterías por otro.



 
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